Porqué Occidente no puede ganar la batalla contra el terrorismo yihadista

Tras este provocador titular, que espero no se confirme nunca, se esconde una verdad incómoda:Occidente no tiene ni la actitud, ni la estrategia, ni los medios adecuadospara poder acabar con el terror yihadista.
Tenemos ante nosotros el gran desafío de luchar y acabar con el terror yihadista, pero no lo enfrentamos como deberíamos.El terrorismo yihadista se podría describir como una Hidra, aquel animal mitológico de múltiples cabezas. Los yihadistas son como las Hidras, seres solitarios y no les gusta agruparse con otros de su especie. El hecho de que tengan un gran número de cabezas (comandos y lobos solitarios no fichados), les permite hacer ataques múltiples, bien a distintos enemigos con cada cabeza, o bien con todas las cabezas a un solo enemigo. Además, si una hidra pierde una cabeza, se produce un proceso de sellado rápido para evitar la pérdida de sangre, y las cabezas perdidas se regeneran tras unos días.
paris beirut
Eso es algo similar a lo que hemos aistido en los ataques terroristas de Paris. Han elaborado una estrategia de ataques múltiples con pequeños comandos queno han podido ser detectados y prevenidos a pesar de la alerta antiterrosrista en el país y en Europa. Y éstos militantes yihadistas, dispuestos a morir matando, son rápidamente reemplazados por otros, ya sea cuando se inmolan o mueren en acciones terroristas o bien en caso de ser detenidos.
Ante eso Occidente no tiene ni táctica ni estrategia clara.Solo parecemos tener una respuesta militarpara acabar con el problema. Bombardeamos al ISIS en Siria e Irak, perono combatimos las fuentes del odio de la que se alimenta la Hidra, y en especial el proseliotismo y captación de miles de jóvenes europeos y árabes que viajan a Siria a sumarse a la locura del Califato captados gracias a las Redes Sociales.
Es paradógico observar cómo por ejemplo Facebook, YouTube, etc, censuran las imágenes pornográficas, pero deja campar a sus anchas a los que hacen apología yihadistaen sus plataformas. El Estado Islámico aprovecha mejor el márketing y el storytelling que los Estados occidentales y despliega un relato que sigue enganchando a miles de jóvenes.
Igualmente incoherente, es que los países occidentales mimemos algunos países que financian directa o indirectamente grupos y movimientos radicales, tanto en Siria como Mezquitas e Imanes que alientan el yihadismo a lo largo y ancho del mundo. La lista de despropósitos podría ser muy larga.
En definitiva, queOccidente no tiene un Plan, y tiene que desplegar una estrategia inteligente con tácticas eficientesque permitan combatir el yihadismo radical. No acabaremos con ellos de la noche a la mañana, pero evitemos que nuevos jóvenes se sumen a su causa.

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