El peligro de la comoditización del turismo sostenible

El turismo es una fuente de desarrollo económico. Genera el 10% del PIB mundial y uno de cada diez empleos. La crisis del COVID19 constituye un tsunami para el sector, y su lenta recuperación debido a la debida distancia social hace que las miradas se vuelvan hacia el turismo sostenible. Una oportunidad para reactivar y dinamizar el sector, pero un riesgo para vanalizar y comoditizar el término del turismo sostenible.

El turismo sostenible era ya antes de la crisis del coronavirus un valor emergente en el sector. Así lo recogía la encuesta realizada por el equipo de Consumer Insights de la firma STR que revelaba la importancia del turismo sostenible, así como el impacto del cambio climático en la percepción de los viajeros.

La encuesta, realizada en enero de 2020 captó las opiniones de más de mil viajeros internacionales y destaca cómo la industria del turismo analiza cada vez más su impacto en el medio ambiente, según explicaba Sean Morgan, director de Investigación de STR. La investigación tenía como objetivo examinar si el viajero moderno tiene una percepción de los esfuerzos realizados para implementar prácticas más verdes y sostenibles en la industria del turismo.

Una tendencia acelerada por el “efecto Greta”, los viajeros de la Generación Z y los millennials. Los jóvenes tienen la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente como un valor mucho más fierte que otras generaciones. Según la encuesta, planificar unas vacaciones ‘más verdes’ es importante para más del 50 por ciento de los viajeros mientras que el 40 por ciento eligió una posición neutral.

Entre los datos destaca cómo un 35 % de los viajeros declara que no querría visitar un país que no se esforzara por luchar contra el cambio climático, por lo que el posicionamiento y la reputación de los destinos turísticos tienen que trabajar mucho más la percepción y las expectativas de los viajeros en sus políticas de  proyección y promoción.

El riesgo de la comoditización

Muchos destinos han identificado ya esa tendencia y se promocionan como sostenibles. Algo que se va a acelerar en la carrera por captar de nuevo a los viajeros y a los turistas a medida que se vaya volviendo a la nueva normalidad. Hay territorios mejor posicionados que otros y llevan años apostando por el turismo sostenible, pero el riesgo para el sector radica hoy en que se vanalice el término con campañas de promoción que no están basadas en una oferta de valor realmente sostenible, sino en un márketing verde convirtiendo el término «turismo sostenible» en un nuevo commodity que vaya perdiendo valor rápidamente.

Es por ello, que es importante trabajar los destinos turísticos sostenibles con una estrategia integral. Una promoción inteligente y eficiente creando nuevas narrativas creativas y auténticas que permita poner en valor los atributos y valores de un destino sostenible con una alianza y trabajo coordinado y colaborativo entre instituciones, empresas del sector y los ciudadanos. La reputación y la generación de confianza van a ser un factor crítico cada vez más central en la elección de un destino por lo que es necesario trabajar de forma coherente entre todos los actores de la cadena de valor que intervienen en la promoción de un destino o un establecimiento turístico. No en vano, el 70% de los viajeros -según la encuesta de STR- cree que existe poco o ningún esfuerzo para ser sostenible entre los proveedores de turismo, incluyendo las compañías de transportes (aviones, trenes, autobuses, etc).

La reputación la y la generación de confianza van a ser un factor crítico cada vez más central en la elección de un destino,por lo que es necesario trabajar de forma coherente entre todos los actores de la cadena de valor que intervienen en la promoción de un destino o un establecimiento turístico.

Cumplir con la promesa de valor

Posicionarse como un destino sostenible requiere una delicada coordinación de esfuerzos entre los agentes del terriorio así como desplegar una estrategia de comunicación y promoción 360.

Las nuevas tecnologías nos permiten iniciar el viaje, o la elección del viaje, desde la pantalla de nuestro ordenador o telefono móvil, por lo que hay que impactar positivamente desde el primer momento trabajando en el terreno de las expectativas y las creencias compartidas que son las que impactan en la reputación de un destino.

La promoción de un destino sostenible desborda las campañas de promoción institucionales. Para ser efectivos y creíbles, se hace indispensable implicar a los diferentes actores participando activamente y de forma creativa con sus redes sociales para proyectar autenticidad, talento, identidad y compromiso. Hoy, el medio ya no es el mensaje, sino las personas son el mensaje. Los mensajes compartidos o los comentarios de las personas generan más confianza que las campañas tradicionales de promoción o la publicidad.

El turismo sostenible tiene igualmente que proyectar su compromiso con la transformación económica, social y medioambiental. Muestra el compromiso de los diferentes actores para con el territorio, proyectando unos valores y un compromiso que va mucho más allá que desarrollar un negocio. Es una forma de vida que pretende transformar y mejorar tanto el territorio como al viajero para conciliar ocio con el desarrollo sostenible, por lo que su mirada debe ser de medio y largo plazo, manteniendo la coherencia con ciertas prácticas y valores.

En esa carrera por el desarrollo económico y social, los destinos turísticos sostenibles o los territorios sostenibles deben informar que no todos los turistas o formas de turismo son bienvenidos ni todos los inversores lo son. La apuesta por la seguridad y la sostenibilidad requiere igualmenteuna política de promoción de inversiones  coherentes con los valores que proyectamos. Inversiones con impacto social o inversiones responsables que no solo considera la rentabilidad, sino también el impacto social o medioambiental (ESG o IRG).

En definitiva, el turismo sostenible emerge como oportunidad para recuperar y reactivar el sector del turimo. Hagámoslo con coherencia y visión estratégica, evitando que las urgencias del momento que vivimos desvirtuen el potencial de un sector que puede ser estratégico tanto para hoy como para el futuro. 

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