Uno de los grandes retos a los que se enfrenta la Europa y sus instituciones es ser capaz de aprovechar todo su potencial político, económico y social para una nueva transición industrial y energética para hacer realidad una economía competitiva y baja en carbono. Pero lamentablemente hoy, la UE es principalmente una potencia declarativa, en la que la velocidad en la que las palabras se convierten en política y acciones hace que esté perdiendo la carrera por el liderazgo global. EsGlobal, julio 2016
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